Uno de los actos más significativos de la Hermandad Franciscana en las fechas navideñas es la celebración de la Navidad Franciscana. Un momento de reflexión y contemplación del Misterio de la Navidad desde la perspectiva franciscana. En esta ocasión la meditación se ha realizado en torno al bello Nacimiento barroco que tienen las Franciscas Descalzas en el monasterio de la Purísima Concepción. La Hermandad Franciscana ha contado con la ayuda inestimable de los miembros del grupo diocesano "Fe y Arte": Tomás Gil y Juan Andrés Martín. Ellos han dirigido un documental sobre este Nacimiento donde contaron con la colaboración de la Madre Sonia, superiora del convento, F. Javier Blázquez, nuestro Hermano Mayor e historiador, Rosa Lorenzo, etnógrafa y Mercedes Marcos, poeta, profesora especializada en la literatura conventual femenina, e investigadora de la historia del convento de las madres franciscas.
El acto tuvo lugar en la capilla del monasterio engalanada con las figuras del magnífico Nacimiento desplegadas delante del altar mayor. Faltan las imágenes de los Reyes Magos que se encuentran en préstamo en Zamora, en una exposición de belenes barrocos, pero pudimos contemplar las estupendas figuras que componen la escena central del Nacimiento: José, María y el Niño Jesús rodeados de varios ángeles y los testigos del acontecimiento que se acercan, a modo de peregrinación, a adorar al Niño Jesús: pastores, músicos, grupos de charros, acompañantes con diferentes ofrandas, etc.
Debido a una serie de involuntarios problemas técnicos la emisión del documental no pudo hacerse en la capilla de las madres Franciscas Descalzas pero los integrantes del estudio contaron a los presentes las ideas principales de su estudio.
El primero en intervenir fue F. Javier Blázquez, Hermano Mayor de la Hermandad Franciscana, que nos recordó la vinculación del franciscanismo con el Misterio de la Navidad. F. Javier rememoró la vida de San Francisco de Asís, el hombre más parecido a Jesús de Nazaret, aquél que supo contemplar al ser humano como culmen de la creación, a través de los últimos acontecimientos de la vida del santo de Asís, como el momento que recibe los estigmas de la Pasión o cuando compone el Cántico de las criaturas en 1225. Dos años antes, en 1223, en la pequeña aldea de Greccio, San Francisco revive el Misterio del Nacimiento colocando la figura del Niño Jesús entre un asno y un buey. Desde ese momento, Greccio se convierte en la Nueva Belén. Todo se realizó dentro de la Eucaristía para evidenciar la relación entre cuna y calvario. Esa concreción de la Encarnación fue el germen para los dramas litúrgicos y los autos sacramentales medievales y, por supuesto, para la creación de los populares belenes. Desde entonces, la predicación para los franciscanos, tanto en iglesias como en conventos, tuvo como centro la Navidad.
Mercedes Marcos |
A cotinuación intervino la profesora Mercedes Marcos que nos recordó que la primera Navidad que se celebró en el monasterio de las Franciscas Descalzas fue hace 423 años. Desde entonces, la misión de las hermanas ha sido la de crear, conservar y restaurar el legado recibido, como este Nacimiento. Un Nacimiento que nos habla del amor por las Escrituras, la meditación en los misterios de Cristo y el afán apostólico de las Franciscas Descalzas. En el libro fundacional del monasterio aparece desde el principio como se debía componer y disponer las figuras de este belén, fieles al carisma propio de la orden: pobreza y rusticidad pero no exenta de belleza. El mensaje debía ser claro: El Niño Jesús nace para todos. Ese es el anuncio de todas las figuras que acompañan el Misterio, todos en el itinerario hacia Dios: grupos de danzantes con sus instrumentos musicales, vinateros, incluso los que tocan castañuelas, todos acompañan con esperanza, alegía y adoración. Es un Misterio hecho con amor que suscita amor. Una muestra de la fidelidad en el seguimiento de Francisco realizada en madera, barro, con sedas bordadas e hilos de oro, con trajes típicos de la época elaborado con los hilos del siglo XVII que se tejen hasta el siglo XXI.
Figuras con sus ofrendas |
Danzantes músicos |
Rosa Lorenzo |
Por último, intervino la Madre Sonia, superiora del Monasterio de la Purísima Concepción, comentando como ellas, herederas del espíritu de San Francisco, custodian con orgullo este precioso Belén, que desde el siglo XVII nos interpela y nos invita a intimar con el Niño Jesús. La figura del Niño nos anima a parar y reflexionar, a contemplar a la familia de Nazaret como misterio de Salvación. El Niño Jesús está en la Eucaristía, es Jesús mismo en la cruz. La Madre Sonia finaliza deseándonos en estos días una profunda experiencia de amor, una Feliz y Santa Navidad.
Pastores de Belén Durante todo el acto, la parte musical corrió a cargo de las Franciscas Descalzas que entonaron villancicos tradicionales. |