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CONTRA LA PERSECUCIÓN DE LOS CRISTIANOS EN EL MUNDO Y AL LADO DE NUESTROS HERMANOS POR MEDIO DE LA CUSTODIA FRANCISCANA DE TIERRA SANTA - HAZTE HERMANO-franciscanahermandad@gmail.com -

FRAY ROMUALDO, UN HOMBRE DE PAZ




FRAY ROMUALDO, UN HOMBRE DE PAZ



Fray Romualdo. Basílica S. Simeón Estilita (Siria)

Esta Hermandad surge de la semilla franciscana que siembra en Siria fray Romualdo Fernández Ferreira, fallecido en Damasco en diciembre de 2015, después de una intensa vida como misionero por las benditas tierras del Señor.


Continuamente nos recordaba que no olvidásemos nunca a los cristianos perseguidos en el mundo y, de forma muy especial, que tuviésemos en cuenta a los de Tierra Santa.

De esa sugerencia nace la Proclama por la Paz, que se realiza por primera vez en el año 2015. De ella tuvo conocimiento fray Romualdo y mostró su apoyo a la misma antes de contraer la enfermedad que de forma irremediable le llevó al encuentro definitivo con el Padre.


Funeral de fray Romualdo en Damasco (Siria) 2015
Fray Romualdo recibe el cariño de los cristianos sirios en un funeral donde están presentes todas las confesiones religiosas cristianas del país. A hombros, acompañado por una banda de cornetas y tambores, fue llevado en procesión hacia los restos de una calzada romana que, dentro del recinto del Memorial de San Pablo (que él regentó durante muchos años) señala el lugar de la conversión de san Pablo a la entrada de Damasco, cuando perseguía a los primeros cristianos.

Aquel pequeño templo, que fray Romualdo proyectó en tan emblemático lugar por ser referencia en la interesante ruta que sigue los pasos de San Pablo, acoge ahora el cuerpo del fraile alistano.


De las enseñanzas y vivencias por él transmitidas nace el primer germen que, unido al sentir de diversas personas del mundo de las cofradías, da lugar a la fundación de la Hermandad Franciscana del Santísimo Cristo de la Humildad el día de Pentecostés, festividad de San Isidro, del año 2016, con la única intención de acercarse a los cristianos de Tierra Santa, a través de la Custodia Franciscana, y compartir con ellos el  abrazo evangélico que nos hace hermanos en Cristo.


Fray Romualdo fue un experto arqueólogo en el arte bizantino sirio, sobre el que publicó diversos estudios que, por la destrucción que sufre ahora el país, alcanzarán un valor incalculable como referencia histórica.
Por estos trabajos recibió, de manos del Papa Benedicto, una de las máximas condecoraciones que concede el Vaticano.


Pero de fray Romualdo hemos de resaltar por encima de todo su humildad, esa humildad que en la orden franciscana motiva la esencia de su misión en las benditas tierras del oriente.


Nuestra Hermandad siempre tendrá en su recuerdo a fray Romualdo, esperando que fructifique en nuestro corazón su ejemplar vida misionera.

LUGAR DONDE ESTÁ ENTERRADO FRAY ROMUALDO

ANÉCDOTA ESCALOFRIANTE

            José Manuel Hernández, ex párroco de la Purísima de Salamanca, contribuye a poner una de las piedras imprescindibles en los inicios fundacionales de la Hermandad Franciscana.

Fray Romualdo explica al anterior Custodio de Tierra Santa, un monumento sirio
 Estaba finalizando mayo, cuando llegaba una noticia desgarradora desde Dasmasco. Fray Romualdo Fernández Ferreira estaba en coma irreversible en la UVI de algún hospital de la capital siria.

El día fue largo y terrorífico pues no había forma de conectar con el Memorial San Pablo de Damasco. Posiblemente a causa de la guerra, la electricidad había sido cortada como sucedía a menudo.

En el convento de San Francisco el Grande de Madrid, pudieron decirnos que les había llegado el mismo rumor, pero que era imposible confirmar la certeza de que fray Romualdo estuviese enfermo.

Lo esperábamos al mes siguiente,  en las que iban a ser unas de las vacaciones más largas de su vida. Necesitaba descansar y coger fuerzas para volver a su misión en Siria. Necesitaba seguir denunciando en los foros internacionales la salvajada que se estaba cometiendo en la que ya era su tierra.

En el convento de Chipiona, donde fray Romualdo comenzó su andadura franciscana siendo muy joven, se quedaron muy sorprendidos con la información recibida. No daban crédito a que el fraile que estaban esperando por aquellos días, pudiese estar viviendo una enfermedad tan grave.

Cuando estábamos inmersos en aquella dolorosa experiencia, que acrecentaba el dolor al no poder saber con claridad lo que sucedía, caí en la cuenta de que José Manuel Hernández, ex párroco de la Purísima, por sus múltiples viajes a Tierra Santa podría hacerme con el teléfono de algún fraile español que pudiera ponernos al corriente de lo que estaba pasando con  nuestro querido primo.

Efectivamente José Manuel me hizo saber que tenía el teléfono de un fraile salmantino que pertenecía a la Custodia de Tierra Santa. El único inconveniente es que no podría facilitármelo hasta que regresase a casa, ya que tenía que decir misa en la iglesia del Carmen.

Las dos horas que pasaron hasta que el sacerdote volvió a entrar en contacto conmigo se hicieron eternas. La familia estaba pendiente de tan importante comunicación, con la esperanza de que aquel momento tan duro que estábamos viviendo fuese solo fruto de algún mal entendido.

Cuando sonó al otro lado del teléfono la voz tan esperada de mi querido tocayo, fui quedándome paralizado ante lo que me iba diciendo:

-          Cuando terminé de decir la misa y caminaba por el pasillo hacia la calle, el fraile del que te iba a dar el teléfono, estaba sentado en uno de los últimos bancos de la iglesia. Acababa de llegar de Jerusalén… él mismo se quedó muy sorprendido de que pudiese conectar por fin con algún familiar de fray Romualdo, …, llámale inmediatamente…

Por esta casualidad impresionante, aquella misma noche pude hablar con fray Enrique Bermejo y efectivamente me confirmó que Romualdo sufría un coma irreversible y que estaba ingresado en un hospital de Damasco. Poco más se sabía…

A partir de aquel momento fue fácil establecer contactos con la Embajada de España en Beirut y sobre todo con los representantes de la Embajada en Siria, quienes de forma muy amable todos los días, durante cerca de ocho meses, me remitían la información sobre la enfermedad de nuestro querido Romualdo, hasta que falleciera el día 15 de diciembre de aquel 2015, rodeado y querido por su familia siriaca.

Gracias a este encuentro con fray Enrique Bermejo, más tarde se hace posible todo el apoyo recibido de la Custodia de Tierra Santa, que ha ido reforzando los fines fundacionales de nuestra Hermandad hasta extremos impensables.



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