Cristo de la Fraternidad Franciscana de Ricardo Flecha sobnre paisaje de Jerusalén | Foto: J. M. Ferreira Cunquero |
¿Dónde están escondidas las voces defensoras de los derechos humanos?
Se celebraba la misa de Pentecostés, cuando de nuevo las alimañas del odio penetraron en la iglesia de San Francisco Javier, en el estado sureño de Ondo, para asesinar vilmente a más de 50 feligreses cristianos.
340 millones de seguidores de Cristo sufren persecución en el mundo actualmente, aunque solo noticias tan dramáticas como la ocurrida en el día de ayer en Nigeria, saltan a los medios de comunicación.
Desde la Hermandad Franciscana elevamos nuestra oración por todas las víctimas que sufren esta tragedia en demasiados países de la tierra y de forma especial, abrimos nuestro corazón hacia la familia cristiana nigeriana que en estos momentos está sumida en este infierno de terror mundano.
Una vez más, alzamos nuestro grito para reivindicar el trato periodístico de estas lacerantes noticias que afectan a las matanzas de cristianos, en igualdad con otras tragedias que surgen desgraciadamente por otros motivos.
Reiteramos nuestra denuncia sobre el olvido que generan estas persecuciones de cristianos, en quienes defienden con excesivo vigor los derechos humanos con otro tipo de sucesos. ¿Acaso la libertad religiosa no es un derecho fundamental? ¿Acaso los cristianos no somos seres humanos?
El amor fraternal que propugna el Evangelio hace daño a todas las políticas que se sostienen sobre la explotación y el egoísmo, que abusa y aniquila la dignidad humana. El fanatismo religioso cruentamente adoctrina y promueve la violencia contra quienes, por medio del bautismo, se entregan a las trayectorias del amor que surge del Cristo Redentor de todos los hombres.
Unamos nuestra oración al Señor que sigue dando fuerzas a nuestros hermanos en esos países donde seguir la estela de la fe es una hazaña propia de héroes.